Sormin
Excelente exposición y cito por el comentario "Hasta un niñato youtuber gana más que tú.", porque precisamente ayer de refilón vi un vídeo en plan "especial", de un youtuber random con algo más de dos millones de suscriptores.
Es de las cosas más tristes que he visto en mi vida, y eso que no me encuentro en un momento como para dar palmas. Y aún así me sentí afortunado, vivir para ver.
Contexto: Un tío con estudios técnicos superiores (y probablemente comiendo mierda y cobrando miseria) que un día decide compartir en YT su hobby de jugar videojuegos. En menos de tres años su canal da un salto exponencial y consigue millones de seguidores. Es una historia de sueño meritocrático que habitualmente suele estar falseada o tiene truco pero a veces, muy pocas veces, pasa, y este parece uno de esos casos.
Y por fin lo ha conseguido ¿es libre, feliz, se ha librado de la carrera de la rata? Ni de lejos.
Aun teniendo en cuenta que estará amasando una pequeña fortuna y que dispondrá de las necesidades básicas de sobra cubiertas a placer, incluso podrá permitirse caprichos que la mayoría no huele ni de lejos, este tipo ahora dedica de 10 a 15 horas cada día a estar plantado frente a una pantalla, jugando por obligación y echando incontables horas editando, leyendo comentarios, tratando con networkers, etc. etc. etc. Podrá descansar un rato al día viendo vídeos de YT o en twitter (lo dijo él). Eso por no hablar de los innumerables directos en twitch jugando a chorradas o haciendo "challenges" para que cuatro niños rata te llenen el chat de emojis. Ha conseguido construir su propia jaula para su propia carrera de la rata. Se podrá argumentar que ahora se dedica a algo que le gusta, que es su propio jefe, etc, etc.
A mí me gustan los videojuegos y puedo pegarme una viciada de varias horas en un momento dado, pero tener que estar constantemente jugando y con la cabeza metida en ese mundo sé que sería el suicidio. Concluyendo, se impone un modelo de éxito que es el puto infierno en vida.
Hablo de un tío de unos 30 años, con pareja, en España y que ha sido padre recientemente (por cierto, un gamer a mi parecer más bien pésimo y no precisamente muy gracioso ni carismático. Casi 3 millones de subs. y miles de comentarios lamiéndole el escroto). Y compartió sus impresiones en twitch. Y habló de ello con el mismo entusiasmo que podría mostrar alguien hablando de que un colega se ha comprado un hámster. Es posible que le emocionase más la expectativa de las reacciones de "su comunidad" al anunciar la primicia en twitter que el propio nacimiento de su propia hija.
Ese es el modus vivendi anhelable de nuestra sociedad, ese es el retrato del éxito del s. XXI.